El arte de la degustación
Incluso antes de prepararlo, el té se aprecia y se evalúa con la vista, y durante la degustación es cuando todos los sentidos se despiertan... Hay algunos puntos clave que consideramos fundamentales: el aspecto de las hojas y del licor, el sabor y los aromas. Para disfrutar de una taza de té, nuestros expertos recomiendan usar un «juego de degustación», que es el material por excelencia de los «tea taste» o catadores de té de todo el mundo.
Las hojas secas se evalúan a simple vista: el color de las hojas, su tamaño, su forma, su regularidad y su belleza. Todos estos criterios son importantes y suscitan el primer elemento de atracción. A continuación, se huelen.
Seguidamente, las hojas se infusionan y, de nuevo, con la vista se evalúa el color, el brillo y la turbidez del licor.
Por último, intervienen el olfato y el gusto para distinguir la redondez, el dulzor, la fuerza, la astringencia, los aromas, etc. Se huelen las hojas húmedas. Esto informa sobre el bouquet del té. A continuación, se utiliza la olfacción retronasal: consiste en las impresiones recogidas al inhalar el licor, mantenerlo en la boca y exhalar el aire por la nariz; los aromas se perciben entonces de forma diferente. Entonces es cuando se empieza a practicar la distinción entre los 5 sabores: amargo, ácido, salado, dulce y umami (término utilizado en cata que procede del japonés y puede traducirse como sabroso). Después, hay que saber reconocer y expresar las sensaciones e impresiones que se sienten al degustar el té. El mundo de los aromas es infinito: vegetal, amaderado, floral, marino, etc.
Nuestros imprescindibles para la degustación